02 Marzo 2006
Sección Cartas al director de El Mercurio, 28 de febrero.

A raíz de esta carta, esperamos un cambio radical en la manera de "Hacer Ciudad"

Por Enrique Vial Briceño. Concuerdo plenamente con la sabia inquietud del arquitecto urbanista Rodrigo Márquez Rojas sobre nuestra realidad urbana, la que lleva casi siempre a destruir para construir, en vez de ir sumando y complementando el espacio urbano.

“Urbanofagia” Señor Director: Concuerdo plenamente con la sabia inquietud del arquitecto urbanista Rodrigo Márquez Rojas sobre nuestra realidad urbana, la que lleva casi siempre a destruir para construir, en vez de ir sumando y complementando el espacio urbano (“Urbanofagia”, sección Cartas, domingo 26 de febrero de 2006). Donde creo discrepar —sólo por insuficiente— es en la solución que él plantea: “nuestros políticos, nuestros empresarios, nuestros urbanistas y arquitectos tienen la obligación de sumar a la construcción de la ciudad, y no restar demoliendo”. El problema, a mi juicio, es que aisladamente dichos políticos, empresarios, urbanistas y arquitectos poco o nada pueden hacer para remediar esta lamentable falla del mercado del suelo urbano. En Chile, para los planes y proyectos de envergadura, aquellos que producen grandes impactos urbanos, estos actores —y otros que Jaime omite, como son el sector público y la ciudadanía— no concurren a su evaluación y toma de decisiones en forma conjunta. En otras palabras: la razón por la cual nos cuesta tanto generar espacios públicos de calidad en nuestras ciudades es que carecemos de una institucionalidad independiente, visionaria y convocante, con una mirada global, con perspectiva histórica y que pueda colegiadamente evaluar y resolver sobre propuestas individuales, generando las coordinaciones requeridas y adoptando decisiones en un marco de transparencia y participación. En el caso específico de Santiago, lo que a mi juicio urge es un Directorio Metropolitano, al estilo de las Planning Commissions existentes en todas las ciudades y condados de Estados Unidos. En estas materias, y ante la inexistencia de foros de discusión y decisión eficaces, seguiremos viendo a bien intencionados actores optando en última instancia y, como es natural, por velar por sus propios intereses, ya sea personales, empresariales o institucionales. Enrique Vial Briceño Master in City Planning - MIT




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